Lo imaginado es una realidad,
cuyos campos de acción suelen
ser idóneos y momentáneos, nunca rectos
en el interjuego de palabras y colores
que al unísono vibran invisibles
en el espíritu carnal de tu ojo
y en la esencia evanescente de tus carnes
que emanan cuando rozo tu cuerpo nocturno.
Sin embargo, al amenecer tu
silueta me reencanta y reencarna
se introduce en mi hasta mi alma
llena de deseo y sueños de esperanza.
Aunque lo propio es lo tuyo,
juego indefinible de lógica suprema
de lógica sin lógica, ilógica y paradójica
indefinible y muy sensible
Le digo sensible invisible y
no parco opaco compañero
carente de brillo, ausencia de ti en mi mismo
a la luz de la noche, compañera de trasnoche.
(Cadáver exquisitamente nocturno con Pellü)
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