En esta, tu hora la hora del silencio y del suave sabor a vainilla de tus dulces manjares que me llenan por completo espero que me digas no fugas la mirada no dejado el sentimiento con tus bellas piedras piedras de ónix que traspasan mis entrañas descubriendo por completo y desflorándome la esencia esperando que tu alma se una a la mía un nosotros de amor emanante como aquellas fuentes en las que la gente vierte sus deseos colmados de esperanza en concurridas plazas de miradas perdidas en un lejano horizonte donde seguiremos siendo amor.