Canción de la tristeza,
inspirada en el otoño
de hojas caídas
y en el invierno...
de cigarros consumidos
y cafés a medio beber.
Siempre pensé,
en un invierno más frío
también más lluvioso
cubierto de grises nubes
ahora que no estás.
Al calor de la estufa
invadido de conformidad
e interna quietud
no puedo imaginar
siquiera mundos tristes
que no sean felices
al ritmo de una melodía francesa
de esas de antaño
de esas que mueven mis entrañas
con sabor a película romántica
en donde el toque casual
es el toque del amor
con atisbos de locura
y detalles especiales
mientras el acordeón
y un frenesí de violines
enlazan sentimientos
que afloran superiores
tan ccercanos, lejanos.
Una danza efímera
que seca tus labios
antes de haberla bailado;
que consume tus ganas
y digiere tus sentimientos
antes de siquiera
haberla tocado.
inspirada en el otoño
de hojas caídas
y en el invierno...
de cigarros consumidos
y cafés a medio beber.
Siempre pensé,
en un invierno más frío
también más lluvioso
cubierto de grises nubes
ahora que no estás.
Al calor de la estufa
invadido de conformidad
e interna quietud
no puedo imaginar
siquiera mundos tristes
que no sean felices
al ritmo de una melodía francesa
de esas de antaño
de esas que mueven mis entrañas
con sabor a película romántica
en donde el toque casual
es el toque del amor
con atisbos de locura
y detalles especiales
mientras el acordeón
y un frenesí de violines
enlazan sentimientos
que afloran superiores
tan ccercanos, lejanos.
Una danza efímera
que seca tus labios
antes de haberla bailado;
que consume tus ganas
y digiere tus sentimientos
antes de siquiera
haberla tocado.
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