No quiero escribir ni esencias ni yerbas, porque reducido al papel aun no me encuentro.
Esperar, sentir, vibrar, gritar, llorar, pensar, querer, desear...
vivir.
Es extraño, sí que lo es,
cuando mis cristales penetran los tuyos
y tu carne se acerca a la mía
en una danza de humo y bebida
con voces de luces a oscuras
en un cuarto más frío que el mio
con fotografías de pantalla en corrida
descalzos, cercanos, lejanos.
Me recuesto con el deseo
y te inscribes como necesidad
beber tus aguas, tu edén recorrer
calma mi hambre con caricias
y calla mi deseo de un beso
porque después de mañana
las cosas no serán
ni descalzas ni cercanas, ni siquiera lejanas
porque la no existencia consume
más allá de las fronteras
de tu alma con la mía
consume la vida y la muerte
consume lo que es, lo que podría ser
y lo que nunca será.
Dos más dos son cuatro, pero uno más uno jamás serán dos.
Esperar, sentir, vibrar, gritar, llorar, pensar, querer, desear...
vivir.
Es extraño, sí que lo es,
cuando mis cristales penetran los tuyos
y tu carne se acerca a la mía
en una danza de humo y bebida
con voces de luces a oscuras
en un cuarto más frío que el mio
con fotografías de pantalla en corrida
descalzos, cercanos, lejanos.
Me recuesto con el deseo
y te inscribes como necesidad
beber tus aguas, tu edén recorrer
calma mi hambre con caricias
y calla mi deseo de un beso
porque después de mañana
las cosas no serán
ni descalzas ni cercanas, ni siquiera lejanas
porque la no existencia consume
más allá de las fronteras
de tu alma con la mía
consume la vida y la muerte
consume lo que es, lo que podría ser
y lo que nunca será.
Dos más dos son cuatro, pero uno más uno jamás serán dos.
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