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Licor callejero

¿Recursos poéticos o el don de lo absurdo?
Me inquieta pensar por las noches que mi vida toda no existe
Que siempre tuve amor, mas nadie lo quiso para si
En el tormento de la vida que inquieta a la muerte
Así están mis pensamientos aunque ya no quiera verte

Y un día cualquiera, de alcohol y sentimientos me emborraché
Me perdí por la suciedad de las calles de frío asfalto
Robáronme casi todo lo que de valor llevaba
Mas ellos no sabían que el amor era lo que más me importaba

Marcas en mi cuerpo dejó aquella noche
Pero ninguna es comparable a lo que ustedes me hicieron sentir

No recuerdo qué ni cómo sucedió todo
Solo sé que cuando recuerdo, el dolor ya no se puede borrar

Mi alma no se vacía, porque mi corazón he vuelto a parchar.

Comentarios

kAAT.- ha dicho que…
Las almas nunca se vacían, solo bloquean... bloquean y bloquean.
Saludos.
Fernandoo ha dicho que…
.


Es terrible eso de que quizás, no existimos más que para nosotros, nuestra idea. Pero peor es el hecho de que siempre tuviste amor y nadie lo quiso para sí. Terrible.


El dolor también es una marca, o una huella. Igual de imborrable que la sensación de amar, o la de necesidad casi mortal.

Al menos, un consuelo (quizás es más un autoconvencerse que algo verdadero) es el poder parchar el corazón y que tu alma ya no se vacíe.


Fernandoo
.
cari♥ ha dicho que…
mongoo (:
me gusto gusto y gusto.
pobre de tu cuerpo qe no se tome en serio mis blogs, porqe para mi sean o no tonterías me importan muchisimo.
nose con cual estoy logueada...
filo.
http://innocencexsweet.blogspot.com (blog viejo y ademas se le desconfiguro la plantilla T.T)

http://fragilydepapel.blogspot.com (blog nuevo y con casi ninguna entrada xD)
jum :p
Ant0! ha dicho que…
Pobres corazones parchados... pobres corazones de todos parchados. Gritare al cielo de felicidad, cuando encuentre uno sin ninguna herida =D

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Improvisa

Emerge tu recuerdo de la tierra que piso dueña de aquellas hojas y del otoño marchito. Marchito es como deseo que esté mi sentimiento oculto en el follaje de mi mente de olvido. De olvido es mi vida de un suave y dulce invierno que espera por siempre dejarme dormido y en paz.

De par en Tamentica.

No quiero escribir ni esencias ni yerbas, porque reducido al papel aun no me encuentro. Esperar, sentir, vibrar, gritar, llorar, pensar, querer, desear...  vivir. Es extraño, sí que lo es, cuando mis cristales penetran los tuyos y tu carne se acerca a la mía en una danza de humo y bebida con voces de luces a oscuras en un cuarto más frío que el mio con fotografías de pantalla en corrida descalzos, cercanos, lejanos. Me recuesto con el deseo y te inscribes como necesidad beber tus aguas, tu edén recorrer calma mi hambre con caricias y calla mi deseo de un beso porque después de mañana las cosas no serán ni descalzas ni cercanas, ni siquiera lejanas porque la no existencia consume más allá de las fronteras de tu alma con la mía consume la vida y la muerte consume lo que es, lo que podría ser y lo que nunca será. Dos más dos son cuatro, pero uno más uno jamás serán dos.